Francis Bebey
Élégie
para guitarra solista
Francis Bebey
Élégie
para guitarra solista
- Compositor Francis Bebey
- Adaptador Ingrid Riollot
-
Dificultad
- Editorial Doberman
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Descripción de la:
Francis Bebey nació en Douala en julio de 1929, en el seno de una familia numerosa en la que su padre, pastor, luchaba por alimentar a sus hijos. Pero Francis tuvo la oportunidad de ir a la escuela. Admirando a su hermano mayor, Marcel Eyidi Bebey, se formó, se distinguió y acabó recibiendo una beca para ir a hacer el bachillerato a Francia. Nos acercamos al final de los años cincuenta cuando llega a La Rochelle. Más que nunca, en esta Francia donde se miraba a los africanos con curiosidad, condescendencia o desdén, Francis confió en sus recursos intelectuales. Trabajador diligente, obtuvo el bachillerato y luego se trasladó a París, donde inició estudios de inglés en la Sorbona. Un día supo lo que realmente le atraía: quería hacer radio. Francis aprendió el oficio en Francia y en Estados Unidos. Tras trabajar unos años como reportero, en 1961 fue contratado como funcionario internacional en el Departamento de Información de la UNESCO. Paralelamente, Francis siempre se había sentido atraído por la creación musical. Su actividad diurna, muy seria, no le impedía frecuentar clubes de jazz por las noches. En París, el jazz, la música de moda de la época, pero también la rumba y la salsa le atraían. Coleccionaba discos y asistía a numerosos conciertos. Con su cómplice Manu Dibango, Francis se subía al escenario y tocaba música. A Francis le gustaba la música clásica desde su infancia. Creció escuchando las cantatas y oratorios de Bach o Haendel que su padre cantaba en el templo. Se apasionó por la guitarra, impresionado por los maestros españoles y sudamericanos, y decidió aprender a rasguear el instrumento él mismo. Empezó a componer piezas para guitarra, mezclando las diversas influencias que fluyen a través de él con la música tradicional africana que llevaba dentro desde la infancia. Su enfoque cautivó al director del Centro Cultural Americano (situado entonces en el barrio parisino de Saint-Germain), que le ofreció la oportunidad de actuar ante el público. Francis dio allí su primer recital de guitarra (1963) ante un público hipnotizado. Poco después se publicó su primer álbum en solitario. Poco a poco, Francis fue siendo reconocido como músico y compositor. Se publicaron varios álbumes del embajador de la guitarra africana, según la prensa. También escribió libros, hasta el punto de que su carrera artística llegó a ser difícil de conciliar con su carrera como funcionario. En 1974, aunque había llegado a ser Director General encargado de la música en la UNESCO, dio el audaz salto y dimitió de esta prestigiosa institución para dedicarse a las tres actividades que le interesaban: la música, la literatura y el periodismo. Exploró el patrimonio musical tradicional del continente africano, sobre todo a través de la sanza con piano de pulgares y la música polifónica de los pigmeos centroafricanos, o cantando en su lengua materna y componiendo canciones humorísticas en francés. El éxito le siguió. Francis Bebey viajó por todo el mundo: de Francia a Brasil, de Camerún a Suecia, de Alemania al Caribe o de Marruecos a Japón... la lista de países donde fue invitado a actuar, dar conferencias o reunirse con lectores es muy larga. Además del reconocimiento público, gozó del de sus colegas músicos, como el guitarrista John Williams o el venezolano Antonio Lauro, que le invitó a formar parte del jurado de un concurso de guitarra clásica en Caracas. Su vida fue el viaje de un pionero africano, un hombre enraizado en su herencia cultural y portador de un mensaje de compartir y esperanza para el mundo. Su originalidad sigue vibrando en todo el mundo desde su fallecimiento a finales de mayo de 2001.