Camillo Schumann
Pays Lointain
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Camillo Schumann
Pays Lointain
- Compositor Camillo Schumann
- Editorial Editions Bourgès R.
- Nº de pedido EBRA021
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Descripción de la:
La colección ANACROUSE ofrece tanto a los pianistas principiantes como a los experimentados una amplia selección de obras clásicas, desde el Renacimiento hasta la época moderna.
Nos hemos fijado el objetivo de ofrecer tanto obras imprescindibles del repertorio clásico como piezas de compositores a veces olvidados, todas ellas de innegable valor pedagógico. Cada pieza, vendida individualmente, ha sido objeto de un cuidadoso trabajo editorial, tanto en lo que se refiere al texto musical como a su grabado, con el fin de garantizar a los músicos las condiciones indispensables para los placeres derivados del comercio frecuente de estas obras.
Las partituras se ofrecen en forma de obras tradicionales (hojas de papel), y también están disponibles como descargas.
Las escenas infantiles constan de 13 maravillosas miniaturas en las que se mezclan los sueños, el miedo y la realidad.
Robert Schumann fue el primer poeta de la música que se interesó por el misterio de la infancia. Adaptándose al mundo infantil, cumple a la perfección el género de la miniatura instrumental monotemática, intentado anteriormente por Beethoven en las Bagatelas, seguido por Schubert en los Momentos musicales.
Contrariamente a lo que podría sugerir el título, estas pequeñas piezas no están pensadas para manos infantiles. En palabras del propio Schumann, estos "trece pequeños trucos fueron urdidos por un niño adulto como recuerdo para la gente que ha crecido".
Estas trece miniaturas, cada una de las cuales no supera las dos páginas, se contentan con una estructura formal de gran sencillez. Expresivas y distintas entre sí, cada una es una perla de música pura.
El ciclo comienza con la ensoñadora y delicada pieza nº 1 Pays Lointains, que se corona con un toque de melancolía. Los compases iniciales revelan una melodía que aspira a la evasión, con una sexta ascendente, una suave oscilación de tresillos en la voz central, armonías sencillas de séptima disminuida y dominante antes de volver a la tónica de sol mayor. La famosa página central, Rêverie n°7 (Traumerei), desplaza el ciclo hacia los bemoles con su fa mayor, antes de volver a los sostenidos para terminar en el sol mayor inicial. En las primeras piezas, Schumann centra su perfil melódico en el intervalo de sexta ascendente, seguido de su inflexión melódica. Al comenzar la pieza central, Schumann expone su faceta eusebiana centrada en una cuarta, al tiempo que establece la suavidad con Reverie hasta el final de la colección.
Reverie fue objeto de una polémica en 1920, cuando Alban Berg demostró brillantemente a Hans Pfitzner que esta pequeña pieza de gran sencillez podía contener una enseñanza inmensamente rica para cualquier músico.
Las Escenas infantiles ocupan un lugar importante entre las partituras más queridas e interpretadas por los pianistas.
Nos hemos fijado el objetivo de ofrecer tanto obras imprescindibles del repertorio clásico como piezas de compositores a veces olvidados, todas ellas de innegable valor pedagógico. Cada pieza, vendida individualmente, ha sido objeto de un cuidadoso trabajo editorial, tanto en lo que se refiere al texto musical como a su grabado, con el fin de garantizar a los músicos las condiciones indispensables para los placeres derivados del comercio frecuente de estas obras.
Las partituras se ofrecen en forma de obras tradicionales (hojas de papel), y también están disponibles como descargas.
Las escenas infantiles constan de 13 maravillosas miniaturas en las que se mezclan los sueños, el miedo y la realidad.
Robert Schumann fue el primer poeta de la música que se interesó por el misterio de la infancia. Adaptándose al mundo infantil, cumple a la perfección el género de la miniatura instrumental monotemática, intentado anteriormente por Beethoven en las Bagatelas, seguido por Schubert en los Momentos musicales.
Contrariamente a lo que podría sugerir el título, estas pequeñas piezas no están pensadas para manos infantiles. En palabras del propio Schumann, estos "trece pequeños trucos fueron urdidos por un niño adulto como recuerdo para la gente que ha crecido".
Estas trece miniaturas, cada una de las cuales no supera las dos páginas, se contentan con una estructura formal de gran sencillez. Expresivas y distintas entre sí, cada una es una perla de música pura.
El ciclo comienza con la ensoñadora y delicada pieza nº 1 Pays Lointains, que se corona con un toque de melancolía. Los compases iniciales revelan una melodía que aspira a la evasión, con una sexta ascendente, una suave oscilación de tresillos en la voz central, armonías sencillas de séptima disminuida y dominante antes de volver a la tónica de sol mayor. La famosa página central, Rêverie n°7 (Traumerei), desplaza el ciclo hacia los bemoles con su fa mayor, antes de volver a los sostenidos para terminar en el sol mayor inicial. En las primeras piezas, Schumann centra su perfil melódico en el intervalo de sexta ascendente, seguido de su inflexión melódica. Al comenzar la pieza central, Schumann expone su faceta eusebiana centrada en una cuarta, al tiempo que establece la suavidad con Reverie hasta el final de la colección.
Reverie fue objeto de una polémica en 1920, cuando Alban Berg demostró brillantemente a Hans Pfitzner que esta pequeña pieza de gran sencillez podía contener una enseñanza inmensamente rica para cualquier músico.
Las Escenas infantiles ocupan un lugar importante entre las partituras más queridas e interpretadas por los pianistas.